Jimmy Díaz

By Jimmy Díaz

Son las 6 en la mañana de un sábado, has tenido una larga y muy atareada semana, gracias a los proyectos de investigación en las clases de español y ciencias. Pero no tienes tiempo para descansar, ya que en un par de horas estarás tomando un examen muy importante que definirá tu futuro, el SAT (Prueba de Aptitud Académica, por sus siglas en inglés). Existen exámenes que pueden ser determinantes en el futuro de un estudiante. Sin lugar a dudas el SAT es uno de ellos. En ese momento de reflexión y pensamiento, las posibles adversidades vienen a tu mente. ¿Qué tal si me enfermo? ¿Y si entro en pánico y se me olvida todo? Definitivamente son cosas que pueden pasar. Lo impredecible de las pruebas estandarizadas es lo que hace que sean perjudiciales para el estudiante.

La misma situación se está manifestando con el MCAS (Sistema de Evaluación Comprensivo de Massachusetts, por sus siglas en inglés) y más recientemente, el PARCC (Asociación para la Evaluación de Preparación para la Universidad, por sus siglas en inglés), un examen al cual los estudiantes son sometidos desde la primaria hasta la secundaria.[1] Las personas en la oficina de admisiones de una universidad dirán que los resultados del SAT son solo una pequeña parte de la información que ellos utilizan para tomar la decisión final para admitir un estudiante. Pero lo que ellos no dicen es que si una persona posee un excelente puntaje, ellos preferirán a esa persona por encima de una que apenas cumpla con los requisitos. De todas formas, ¿quién cuenta con el tiempo suficiente para leer todas las solicitudes completamente? Esta dependencia directa de los resultados del SAT no sería tan agravante para los estudiantes si este midiera de alguna forma la preparación y conocimiento de los desafíos que le interpondrá al estudiante la educación universitaria. Algunas investigaciones revelaron que las pruebas dejan de lado  las habilidades necesarias en la vida diaria de un estudiante, como por ejemplo el trabajo en equipo, el liderazgo, la comunicación e implementación de conocimiento en ámbitos desconocidos. Estas habilidades y talentos son más propensas a determinar el éxito de un estudiante en la educación universitaria.

Los resultados de los exámenes no están sirviendo solo para medir el conocimiento de los estudiantes, sino que también se están implementando para determinar la contratación o el despido de un maestro, dar bonos y determinar la clausura de escuelas. “Las evaluaciones se han convertido en el objetivo de la educación en lugar de un indicador”.[2] Los resultados de estos exámenes están determinando el futuro de nuestra educación. Día a día, se toman decisiones realmente importantes basadas en la puntuación de estos exámenes. Pero estos, entre tanto, están dañando la educación de los estudiantes y el trabajo de los maestros. Los datos que se están midiendo son escasos en información acerca del estudiante y de su conocimiento y, en definitiva,  perjudican al estudiante mucho más de lo que lo benefician.

Los exámenes estandarizados están planteándonos un presente adverso. Hoy en día, los estudiantes piensan en los exámenes estandarizados más y más, dejando para un segundo plano las materias que se les están impartiendo. “Los estudiantes invierten alrededor de 60 y 110 horas por año destinadas a la preparación de los exámenes estandarizados”.[3] El tiempo que el sistema educativo está invirtiendo en la preparación para los exámenes estandarizados es significativamente voluminoso. Este tiempo podría ser usado para ofrecer a los estudiantes más de lo que ya se está haciendo. Podría ser destinado para registrar el progreso del estudiante y después llevar a cabo una evaluación en lo que ellos deberían saber. No solo para evaluar lo que ellos han memorizado en un corto periodo de tiempo y que además nunca más utilizarán luego del día del examen. Otra forma en como los exámenes estandarizados afectan a los estudiantes es el ambiente que los exámenes crean. Alicia Anthony, especialista de alfabetización de escuela primaria, se refirió al tema y concluyó que ”los estudiantes sienten una cantidad inimaginable de presión sobre ellos para poder tener éxito en un examen estandarizado. Los estudiantes se sienten agobiados en su trayectoria a la hora de tomar un examen que no evalúan sus habilidades en totalidad”.[4]. Los estudiantes cargan con una tremenda cantidad de frustración y presión. Esto afecta la manera en que los estudiantes aprenden durante el día escolar. También puede crear un ambiente inapropiado para el aprendizaje, afectando a todos los que están en un salón de clase. Si el mundo está sometido a un cambio constante, ¿por qué el sistema educativo no ha cambiado en este aspecto? Muchas personas han hablado sobre este tema a través de la historia y muchos de ellos afirman cosas diferentes. Estos personajes tienen diferentes roles en el sistema educativo. Entre los muchos artículos y una entrevista que utilicé en mi investigación, 13 de ellos concluyen que los exámenes estandarizados están dañando nuestra educación. Por ejemplo, Don Batt es un periodista que critica la manera en que el sistema le presenta la educación a los estudiantes. él se pregunta: “¿Qué están aprendiendo? Los estudiantes están aprendiendo acerca de la escuela y no las cosas que deberían aprender… que la escuela es una tortura, que el aprendizaje es un narcótico”. (Don Batt 2). El sistema está creando temor en los estudiantes y los exámenes estandarizados sólo miden lo que los estudiantes pueden realizar en 4 o 5 horas. Estos exámenes no están tomando en cuenta lo que un estudiante puede hacer en un largo periodo de tiempo, ni el progreso que los estudiantes pueden obtener durante el proceso. Esto es de lo que que se trata esencialmente la educación. La educación se trata de brindar la información a un estudiante que no posee el conocimiento todavía para después verificar su progreso académico. La opinión de Annemarie Powers, Directora de la escritura interdisciplinaria del sistema educativo de Boston, es la siguiente: “Entonces, ¿en cuatro horas podríamos de verdad apreciar lo que un estudiante puede hacer? No es lógico”. De hecho, lo que un estudiante puede demostrar en cuatro años acerca de lo que es capaz, es mejor de lo que puede demostrar en 3 o 4 horas durante un examen.

Se deberían remover los exámenes estandarizados del sistema educativo y reemplazarlos con evaluación alternativa, como por ejemplo portafolios, exposiciones, investigaciones, experimentos y ensayos. “La evaluación alternativa está basada en el punto de vista de que los procesos de aprendizaje son tan o más importantes que los resultados del producto”, dijo Amma K. Akrofi, profesora asociada de lenguaje y literatura en el departamento de currículo e instrucción de la Universidad Técnica de Texas (Texas Tech University). Además podemos implementar una nueva idea: la tecnología. Dicha herramienta, que nos ha ayudado a desarrollar nuestra sociedad a niveles inimaginables, nos podría facilitar el aprendizaje en el siglo XXI. Los beneficios serían inmensos. Podríamos utilizar esta nueva herramienta para ayudar a los estudiantes a lograr los objetivos de aprendizaje y para medir las habilidades de los estudiantes con más precisión y mejor desarrollo, además de ahorrarnos tiempo. “Los papeles y lápices, los videos y computadores pueden ofrecer tres diferentes puntos de vista de lo que un estudiante puede alcanzar. Es como tres diferentes formas de verlo desde una cámara, visualizando la escena completa de un estudiante” (EDO 3), concluyó un investigador de Eric Digest Organization. ¿Como se supone que esta idea se lleve a cabo? Primero que todo, el sistema educativo necesita más dinero y tiempo del que ya se tiene para poder implementar esta idea. También necesitarán las instalaciones para que esto se pueda realizar. Pero el dinero y el tiempo que se invertirá no será nada comparado con el resultado que se obtendrá: los estudiantes podrán aprender. Con este cambio tan radical se podrán medir habilidades sociales y habilidades personales de los estudiantes. Las habilidades sociales son las más difíciles de medir, ya que involucran trabajo en equipo y responsabilidad. Por esas mismas razones, los exámenes estandarizados solo miden las habilidades personales. Si esto se vuelve realidad, en un futuro cercano podremos tener un mejor porvenir, al reducir el estrés de un estudiante y darle la oportunidad de aprender.


 

  1. Peter Balonon-Rosen, “MCAS Vs. PARCC: What’s The Difference?” Learning Lab, October 24, 2014.
  2. Diane Ravitch, “Obama’s War on Schools,” Newsweek, April 4, 2011.
  3. Jesse Hagopian, “Preface: The Testocracy versus the Education Spring” in More Than a Score: The New Uprising Against High-Stakes Testing, ed. Jesse Hagopian (Chicago: Haymarket Books, 2014).
  4. Alicia Anthony, “The Effects of Standardized Tests on Teachers and Students,” Global Post, Accessed March 02, 2016, http://everydaylife.globalpost.com/effects-standardized-tests-teachers-students-10379.html.